Por: Miguel Puello
Segundo Suplente del Defensor del Pueblo

Hoy viernes 16 de agosto, se conmemora el 161 aniversario de la Restauración de República Dominicana, el acontecimiento de mayor trascendencia que marca nuestra identidad nacional y firmeza de la soberanía nacional.

La Restauración fue un movimiento popular revolucionario de corte nacionalista que devolvió a República Dominicana su independencia. Este movimiento social fue liderado por el ilustre General Gregorio Luperon, fue un movimiento de profunda base social constituida, fundamentalmente por campesinos que enarbolaron la bandera del republicanismo democrático como representantes del progreso económico Social y Político en su época histórica.

El 16 de agosto, los dominicanos conmemoran un aniversario más del inicio de los actos bélicos, que desataron la guerra domínico-española, por la restauración de la República Dominicana, que había sido proclamada el 27 de febrero de 1844, pero desde su fundación estuvo amenazada por las luchas y contradicciones interna de sus fundadores y de aquellos recién llegados, que ejercieron un protagonismo y una presión tan deliberante, que terminaron desplazando a los más sacrificados por la patria.

Estas luchas de intereses entre los dominicanos, se sumaron las constantes invasiones, amenazas y presiones de los haitianos, quienes alegaban que desde el tratado de Basilea en 1795, la isla era una sola e indivisible y por lo tanto se oponían a la independencia del territorio que ellos siempre habían reclamado y que habían gobernado desde el 9 de febrero de 1822, hasta el 27 de febrero de 1844.
Para finales del año 1864, ya el movimiento restaurador abarcaba todo el territorio dominicano, bajo el criterio de que la República todavía existía y bajo la consigna de “Libertad o Muerte” y “Guerra a Muerte Contra el Colonialismo Español y los Traidores a la Patria”
También presionaban e instigaban potencias como Francia, España, Inglaterra y el naciente imperio del norte, como llamara José Martí a los Estados Unidos de América.

Estas potencias no tenían ningún interés real en el territorio dominicano, sino tenerlo como base para sus defensas o para atacar a otras potencias, por eso el desenfrenado interés por la estratégica bahía de Samaná.
Para ese entonces a los haitianos, sólo le interesaba evitar que la isla cayera en manos de alguna de esas potencias y en caso de verse atacados, dar esta parte de la isla como botín de guerra, en un eventual acuerdo de paz.

En este estado de efervescencia, intranquilidad e inestabilidad social, política y económica, así como los constantes cambios de gobernantes y el revanchismo político, el país pasó sus primeros trece años de vida republicana, hasta que el 7 de julio de 1857, estalló un movimiento en todo el Cibao, que es conocido en la historia dominicana como la Revolución de Julio y terminó con el derrocamiento del segundo gobierno de Buenaventura Báez y abriendo el camino para el tercer y último gobierno de Pedro Santana.

El proceso de la anexión a España estuvo precedido de una serie de acontecimientos que minaron la confianza entre los pueblos dominicanos y haitianos a lo largo de su historia, ya que se acompañó de proyectos y gestiones como las que encabezaron Buenaventura Báez en 1846 y 1857, Mella y Felipe Alfaú en 1853.
En estos 161 anos la Republica Dominicana ha vivido momento muy difícil, los dominicanos hemos tenido que pagar un precio muy alto, pero la valentía de los dominicanos en su lucha permanente por los lograr la seguridad, la paz y la libertad, han permitido que hoy podamos disfrutar de un régimen basado en los valores democrático.

Los dominicanos y haitianos anhelamos vivir en paz, los dominicanos debemos continuar siendo solidarios, participar en cualquier mecanismo de carácter internacional que busque una solución tranquila en Haití y ellos por su propia iniciativa, apoyado por la comunidad internacional, encuentre el camino de la democracia, la convivencia pacífica y la paz entre sus ciudadanos.

Mientras tanto los dominicanos debemos continuar avanzando hacia la construcción de un régimen de bienestar y justicia social para todos.

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