Por Manuel Brito
Secretario Fuerza del Pueblo, Santo Domingo Norte
11 de agosto de 2024
Recientemente, pasó por mi biblioteca digital el audiolibro The Infinite Game (El juego infinito) de Simon Sinek.
Es un libro fascinante que presenta la vida como una sumatoria de pequeños juegos en los que se gana y se pierde. Altas y bajas, giros, sorpresas y obstáculos que vencer.
Es imposible no vincularlo a la política. Aún más imposible es no vincularlo con el líder político dominicano de mayor trascendencia en los últimos años.
Esto último podría parecer exagerado, pero no lo es.
Fuera del poder desde 2012 (12 años), Leonel Fernández ha sido víctima de la más atroz campaña de descrédito y ataques que el nuevo mundo de la información haya podido gestar en la República Dominicana.
Lo llamaron «muerto político». Lo obligaron a renunciar a aquel partido al que tantas victorias llevó. Le dieron la espalda todos aquellos que, sin ser, fueron, y luego dejaron de ser. Sin él.
Paralelamente, vimos cómo otros «líderes» simplemente se vendían y negociaban con quien pudiera darles un poco de pan. Todos terminaron convirtiéndose en apenas algo más que la nada.
Leonel Fernández pudo haber negociado la mitad del primer gobierno de Abinader, tal como lo hizo Miguel Vargas con Danilo Medina en 2016.
De haberlo hecho, hoy hubiera corrido la misma suerte que Vargas: un partido minoritario al borde de desaparecer.
Un líder infinito tiene la profunda convicción de que su causa es justa, y es por eso que no se detiene ni la cambia por migajas.
Un líder infinito no tiene cómplices; tiene aliados que también creen en su causa y, como él, están movidos por la convicción de la justicia de su lucha.
El líder infinito conoce la naturaleza humana. Sabe que sus adversarios negocian. Sabe que pudo haber logrado la victoria, pero no con tantas almas vendidas.
Vendidas por libertad judicial, vendidas por dinero, vendidas por promesas. Pero el líder infinito sabe que eso es solo parte del proceso.
El líder infinito, por un breve momento, piensa en el camino recorrido y se da cuenta de que sus adversarios son cada vez más pequeños, que la montaña sigue del mismo tamaño, pero que él, luego de tanto luchar, no solo se ha hecho más fuerte, sino que viene acompañado de un grupo auténtico que, como él, que nunca antes se han vendido en el pasado, ni ahora se vendieron aún menos en el futuro se venderán porque creen, realmente, en la causa del líder y de su pueblo y no se detendrán hasta llegar a la cima. Por ésto insiste el propio presidente Fernández botar antes de que se vayan a quien esté en éstas condiciones✍️.