Por Manuel Brito
Periodista Secretario General FP SDN.

Durante el transcurso de los dos mil veinticuatro años de nuestra historia post cristiana el liderazgo de la humanidad, a todos los niveles y áreas, ha sido puesto a prueba con acontecimientos que han marcado un antes y un después en medio de grandes crisis y dificultades, pero también éxitos y avances para alcanzar el mundo de hoy, como reto a los hombres que han tenido en ese momento la responsabilidad y el compromiso de llevar a puerto seguro los objetivos que les han tocado representar ya sea en un invento científico, ir a la luna, o estar al frente de una alta misión en una de nuestras dos guerras mundiales. O estar liderando un conflicto bélico o gerenciando una de las diez empresas más importantes del mundo. Así, como la situación que impactó el 11 de septiembre las torres gemelas en Nueva York o lidiar la situación vivida durante y después de los efectos de COVID-19 o dirigir a una simple junta de vecinos, también, o porque no el propio núcleo familiar etc etc.

En cada uno de estos y otros acontecimientos señalados para éxito el líder de la misión principal no pudo nunca, jamás, abandonar ni por intento renunciar a su compromiso asignado frente a sus seguidores por presión o ataques propios de la naturaleza misma y hasta normal, que es común en la dinámica de dirigir, por lo que debemos disciplinar y autocontrolar la inteligencia emocional, como elemento determinante en un líder para no dejarse provocar y ser confiable y seguro en no rechazar ni abandonar a su gente, a su pueblo a los suyos al asumir el compromiso.

En éste sentido, para el psiquiatra Enrique Rojas, un líder ético debe ser equilibrado, manejar lo emocional, nunca impulsivo, ni agresivo ni frontal, sino tener positividad sobre el futuro, ser coherente, poseer una personalidad atractiva, ser capaz de presentar sus ideas y contar siempre con un espacio de reflexión personal en el que pueda definir su visión estratégica con espiritu de inclusion participativa

Por todo ésto es que los grandes expertos definen el liderazgo en tiempos de crisis, como la acción que debe apoyarse en normas, políticas y reglas que orienten, enfoquen y generen compromiso, gratitud, lealtad y sentido de pertenencia en los integrantes de la entidad que se dirige. Esto significa no ceder ante ninguna tentación, zona de confort y obstáculo difícil para mantenerse enfocado en los resultados a lograr. Es decir, no dejarse provocar ni presionar, que lo dobleguen a tomar decisiones erráticas o al peor de los casos renunciar de sus responsabilidades porque es más que una clara señal de desconfianza y de debilidad e inseguridad para el carácter y con el compromiso en el que dirige para la misión asignada

Según el sociólogo y economista Max Weber, un líder es la persona encargada de guiar a otras por el camino correcto para alcanzar objetivos específicos o metas que comparten, es la persona que guía al grupo y es reconocida como orientadora.

Es decir, que cuando hay un líder o una persona que está dirigiendo con presencia de una crisis de liderazgo es cuando su equipo cuestiona abiertamente sus directrices, es confrontado de manera crítica y conflictiva e impone sus ideas a los demás sin llegar a un consenso franco, abierto, participativo, incluyente y democrático.

Esto explica que en la historia de la humanidad en situaciones de crisis o en tiempos difíciles es indispensable un liderazgo que sea capaz de aunar esfuerzos y generar estrategias conjuntas no excluyente, nunca siendo parte del problema, sino de la solución que permita a la organización adaptarse y dar continuidad a sus propios procesos con eficiencia y efectividad hacia su meta, identificando oportunidades porque las crisis abren nuevos caminos y generan oportunidades que las entidades deben saber aprovechar y el líder que dirige sortear de forma correcta y efectiva.

Por ésto es que se señala la calma como la habilidad de liderazgo más efectiva en una crisis, que ha sido el denominador común en toda nuestra historia en el liderzgo en momento de crisis, a acompañado de lo que hoy llamamos inteligencia emocional. Porque en una crisis, un líder debe poder mantener la calma bajo presión y pensar con claridad . También, debe poder recibir asesoramiento, filtrar opiniones y datos y utilizar esta información adicional para fundamentar sus decisiones.

Se trata, en definitiva, de mantenerse fiel a sí mismo en primer lugar, sin permitir que influyan decisivamente sobre uno éxitos o fracasos externos, no sentir arrogancia cuando se está arriba ni desengaño cuando se está abajo.

¡¡¡¡ HASTA UN PRÓXIMO TRABAJO SI DIOS LO FACILITA !!!!

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